Finalmente, el alcalde del municipio de Sagunto, el socialista Darío Moreno, ha tomado la acertada decisión de paralizar el proyecto del carril bici en la parte que afectaba a la Avenida Nueve de Octubre de Puerto Sagunto. Para unos ha sido un gesto muy positivo, para otros, una bajada de pantalones hasta los tobillos. Cuando este periódico envió por WhatsApp la noticia del desistimiento, uno de los receptores respondió al instante: «pirómano-bombero». En cierta medida esta frase sintetiza muy bien lo sucedido: primero actúa de pirómano, generando un problema, y, después, de bombero, sofocando el incendio.
Para empezar, Darío Moreno sabrá lo qué habló el jueves de la pasada semana con el presidente de la Asociación de Comerciantes Nueve de Octubre, Gregorio García, y cuál era el grado de resistencia al que se enfrentaba, porque en otros puntos del municipio que también están afectados por este plan de movilidad, los vecinos han levantado la voz, pero no ha servido de nada. Me consta que los comerciantes estaban dispuestos a plantear batalla por varios frentes, pero, afortunadamente, no ha hecho falta llegar a la confrontación. Creo que el representante de los comerciantes de la Avenida Nueve de Octubre ha manejado el asunto con mucha cordura y responsabilidad, porque para entrar al ataque siempre hay tiempo, por otro lado, Darío Moreno tampoco tenía nada que ganar con este conflicto, que, sin ir a más, ya le ha supuesto cierto desgaste a nivel de opinión pública. No cabe duda de que poner la avenida patas arriba de cara a la campaña de Navidad, hubiera sido un hachazo para el maltrecho comercio de la zona, de ahí que los comerciantes estuvieran dispuestos a ir con todo, que no es poco, para evitarlo.
Creo que el equipo de gobierno, ante una medida de este calado, que tiene tanta repercusión para la actividad comercial de la zona, debería de haber hablado con todas las partes afectadas antes de poner en marcha la ejecución del proyecto, porque aquí, contar, lo que se dice contar, la verdad es que no se ha contado con nadie. Además, no será porque no han tenido tiempo, que el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Sagunto se redactó en 2009, cuando gobernaba el PP, y se revisó en 2017, ya bajo un gobierno progresista. Sin embargo, se han puesto a ejecutarlo como si tal cosa, y cuando los comerciantes han visto el alcance de lo que les venía encima, han saltado como un resorte en defensa de sus legítimos intereses. Si se hubiese informado a los afectados en tiempo y forma, todo esto se habría evitado, poniendo en marcha otras alternativas, que tenerlas, las tienen, como ya se dejó claro en la reunión entre técnicos de movilidad y asociaciones vecinales y de comercio.
