El día de los ‘culpables’

Escrito por José Luis Chover
Jueves, 27 Diciembre 2012 23:16

Cuando buscas en el diccionario, antónimos de «inocente» aparecen las entradas: «culpable, espabilado, nocivo, retorcido». Y la verdad es que no sé cual utilizar para, de acuerdo con la situación,  dar nombre a este día 28 de diciembre porque, compartirán conmigo que la celebración del Día de los Inocentes este año, no admite «inocentadas» de ningún tipo y a tres días de terminar el año, hasta puede ser un despropósito o una expresión demagógica hablar de un feliz y próspero año nuevo.
Hoy, podemos celebrar por la cantidad y calidad de los hechos, el «día de los culpables», con la esperanza puesta en que al señalarlos se sientan tocados por la realidad ante la cual parecen impermeables.

Desgraciadamente llegamos a fin de año tras 12 meses en los que hemos perdido hasta la tradicional alegría de hacer bromas por esta fecha. Porque España es hoy más pobre que hace un año y está hundida en la recesión. Porque miles de ciudadanos viven hoy peor que hace un año. Porque nunca ha habido en nuestro país tantas personas en paro como ahora –medio millón más que hace un año-. Porque la famosa prima de riesgo ha superado en 2012 todos los récords y porque por voluntad de un gobierno hemos perdido en un año los derechos ganados con sacrificio y esfuerzo durante treinta. No estamos para bromas ni saludos. Las promesas de Rajoy eran falsas. Fueron un engaño. Pero los votos de quienes confiaron en él eran auténticos y el PP los está utilizando para hacer lo contrario de lo que les prometió. ¿Cómo no señalarlos como culpables?
La política única de ajustes y recortes del Gobierno de España y la Generalitat nos ha traído atraso y mucho sufrimiento. Un sufrimiento inútil porque ni está sirviendo para generar empleo ni para salir de la crisis. En doce meses se han llegado a realizar cinco grandes oleadas de recortes y con ellos se ha abierto paso a la regresión más grave que nunca haya conocido el estado de bienestar tal y como fue concebido y todos hemos venido disfrutando.

El cambio radical del modelo en sanidad, con la introducción del copago para medicamentos y prestaciones, y con la exclusión de determinados colectivos ha propiciado nuevas desigualdades y desequilibrios territoriales. El descenso de gastos en educación o investigación, junto con el aumento de alumnos por aula o la disminución de las becas tendrá consecuencias muy negativas sobre la formación de las futuras generaciones. La liquidación de la ley de la dependencia o la drástica reducción del gasto en servicios sociales, están contribuyendo a agravar el riesgo de exclusión social en nuestro país. La pobreza es ya un problema del que el gobierno tiene que hacerse cargo de forma inmediata.
Las pensiones han perdido la garantía de mantenimiento del poder adquisitivo, los trabajadores han perdido derechos con la normativa que bendice el despido libre, la rebaja salarial o la reducción de las prestaciones por desempleo. Los empleados públicos han sido diana y rehenes de los recortes, afectando a sanitarios, bomberos, policías, maestros o funcionarios. Los derechos de las mujeres van siendo ninguneados poco a poco, desmontando los servicios y prestaciones recogidas en la Ley contra la violencia de género, y legislando para impedir que la mujer decida libremente sobre su embarazo. ¿Cómo no señalarlos como culpables? Por más que intenten rellenar la realidad con las más variadas riñas nacionalistas y excusas, en una huída hacia delante y amparándose en el clásico de la «herencia recibida».

Si pasamos por casa, con igual autismo político y manipulación, Castelló y su equipo de Gobierno han perdido también un año completo maquillando la realidad, entre ellas el sufrimiento de mucha gente. Un año vacío de contenidos, sin presupuestos aprobados –uno más— sin imaginación ni valentía para imponer, en defensa de la ciudad, un criterio propio de gobierno, fuera de los dictados de la Generalitat o el Gobierno de Rajoy. ¿Cómo no señalarlo también como culpable? Castelló se ha negado, aferrado a la letra pequeña de un decreto que muchos Ayuntamientos pasaron por alto ante la urgencia y la necesidad, a llevar adelante un Plan de Empleo Municipal que podría ya estar suavizando la vida de muchas familias. Sólo porque sí, por sus benditos «conceptos».

Hoy es más que evidente que el PP carecía de un plan para salir de la crisis, pero si tenía claro que utilizaría a ésta como excusa para imponer contrarreformas políticas y económicas que suponen el desmantelamiento de los logros sociales de décadas y un muy importante paso atrás en el terreno de los derechos de la sociedad española.
La esperanza está basada en un cambio de actitud. Pero cómo hacerla entender cuando no se quiere oír. Pues si es por escuchar, los gobiernos del PP no han oído ni los gritos más angustiantes de la realidad, como no han escuchado a la oposición ni las continúas manifestaciones de los ciudadanos y ciudadanas. Quizás sea necesario un choque frontal con la realidad que los despierte de la «inocencia» que los convierte en doblemente culpables, pues saben que ese, este no es el camino, pero insisten en transitarlo, caiga quien caiga, cueste lo que cueste.
 
José Luis Chover. Portavoz Grupo Municipal Socialista del  Ayuntamiento de Sagunto.
 
 

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