La presente edición del taller reGENER@r del área de Igualdad del Ayuntamiento de Sagunto ya está en marcha desde el pasado miércoles, 14 de febrero. Esta actividad cuenta con la colaboración de la Asociación Psima-Programa Contexto y la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias de España, entidad que depende del Ministerio del Interior.
Este taller nace como una actividad psicoeducativa para el cumplimiento de penados por delitos de violencia de género a trabajo en beneficio de la comunidad en una cuantía menor. El taller reGENER@r también surge como respuesta a la medida S241 del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
El alcalde de Sagunto y delegado de Igualdad, Darío Moreno, ha manifestado que muchos de los hombres que tienen comportamientos machistas son «reincidentes» y comienzan con sanciones y condenas menores, pero poco a poco entran en una «espiral» en la que su violencia cada vez es mayor.
«Para intentar evitar que se den esas dinámicas, este curso trabaja con hombres que no tienen delitos de sangre para que, no solo pasen por el proceso punitivista de enfrentarse a una sanción o condena, sino que entiendan por qué la sociedad considera especialmente reprobables sus acciones, cortando así esa espiral de violencia y evitando que nuevas mujeres puedan ser víctimas de esta violencia machista». Darío Moreno ha finalizado comentando que este hecho es una «verdad incómoda», pero es imprescindible poner los recursos necesarios para evitar que esta violencia se reproduzca.
El proyecto tiene una duración de 40 horas, estructurado en 10 sesiones, con una metodología principalmente práctica y una duración de cuatro horas por cada sesión. En este taller se utiliza una estrategia global y coordinada para erradicar y prevenir la violencia hacia las mujeres, aplicando un enfoque de violencia multidimensional que integra todos los tipos de violencia: física, psicológica, social, económica, sexual y todo mecanismo machista que explicite la desigualdad hacia las mujeres y niñas, promocionando la responsabilidad personal en el ejercicio de la violencia de género y en el reconocimiento de esta, así como en el daño y consecuencias que ocasiona.
Se trata, en definitiva, de contribuir a la protección de las mujeres víctimas y sus hijas e hijos como prioridad, por lo que se vela por reducir los posibles riesgos hacia las mujeres y no generar ninguno adicional, poniendo especial atención en la evaluación y detección de los mismos.
