Las picaduras por himenópteros (abejas y avispas) son, tras los alimentos, la causa más frecuente de anafilaxia (reacción alérgica grave y sistémica o generalizada) en los niños. Es más frecuente en los niños ya en edad escolar y adolescentes, según han informado en la Asociación Española de Pediatría.
La aparición de los síntomas suele ser muy rápida, más que en los casos de alergia a alimentos, y la muerte se puede producir en los primeros 30 minutos tras la picadura, aunque la mayoría de las muertes por picadura de abeja o avispa ocurren en adultos. La frecuencia de reacciones alérgicas generalizadas graves tras estas picaduras es de un 1% en los niños, menos frecuente que en los adultos. El riesgo de reacciones sistémicas tras nuevas picaduras en un niño que ya ha sufrido una reacción previa es del 10% y habitualmente estas reacciones son de una gravedad similar o más leve que la primera; solo el 1-3% presentarán síntomas más graves tras esta nueva picadura.
Este tipo de alergia se puede prevenir mediante la inmunoterapia específica; el alergólogo pediátrico determinará los casos en que esté indicada.
Para disminuir el riesgo de picadura, desde la Asociación Española de Pediatría recomiendan: Evitar comer y beber al aire libre, el uso de perfumes, no llevar ropa de colores vivos, ni andar descalzo por la hierba. Llevar ropa y calzado que cubran brazos, piernas y pies y usar sombrero. No acercarse a árboles con fruta, flores, arbustos y zonas con basura; tampoco a colmenas, panales o nidos de avispas. Tener precaución en zonas de piscinas y estanques. No hacer trabajos de jardinería. También viajar en coche con las ventanillas cerradas. Si el insecto entra en el coche, detenerse y rociar con insecticida hasta que salga o muera. Evitar los movimientos bruscos cuando se vea una avispa o abeja. Se puede utilizar un repelente de insectos. Es muy importante llevar consigo la medicación indicada por su pediatra para el caso de que se presente una reacción alérgica.
Si a un niño le pica una abeja o avispa, recomiendan tener calma pues la mayoría de las picaduras en los niños no son graves. Es recomendable acudir al centro sanitario más cercano para tratamiento y vigilancia si el niño ha tenido reacciones previas graves o comienza con picor en los ojos, las palmas y las plantas, además de enrojecimiento generalizado del cuerpo, dificultad para respirar, malestar general, palidez y frialdad en la piel, náuseas o vómitos. Lo más importante en estos casos es pincharse adrenalina. En el camino, también puede tomar la medicación que se le haya recetado.